En los últimos años se observa un incremento de la delincuencia. Según estadísticas del INDEC desde 1991 con 210,50 casos c/10.000 habitantes llegamos al año 1996 con 297,60 c/10.000 habitantes, un incremento del 41,37% en los últimos 6 años.
Ésto fue causado por la carencia de recursos económicos y falencias en la prestación educativa; existen otros tantos factores, pero podemos decir que los mencionados son los más importantes.
Lo propuesto en materia de Inserción Internacional para Provincias autosuficientes y la Administración eficaz de los Municipios en materia de Salud y Educación para el Pueblo, son los pilares fundamentales para combatir la delincuencia.
Obviamente, la delincuencia también debe ser combatida con políticas judiciales y de seguridad adecuadas, tarea de los legisladores que deben perfeccionar las leyes tanto como la justicia debe ser rápida y eficaz en su cometido.
Debemos tener una Fuerza de Seguridad altamente profesionalizada, capacitada como las más importantes del mundo, equipadas con material de última generación tanto en uniformes, armamento y logística (informática, equipos de comunicación, vehículos, etc.), para mantener el orden provincial y estar en condiciones de controlar a profesionales del delito con importantes recursos económicos, estructuras delictivas complejas y aplicación de tecnología de punta.
Es redundante mencionar, pero como los temas anteriores, la Seguridad (policía) debe administrarse como una empresa, crear recursos para hacerse autosuficiente, tener objetivos claros y concretos, efectuar su correcto control de gestión y costos.

El policía del Tercer Milenio debe estar altamente capacitado entrenado y equipado

Las policías deben interactuar con la civilidad.
Hoy es difícil volver al “Policía de la esquina”, pero existe una alternativa que funcione como factor del sistema: Los Centros de Jubilados.
El tema merece un tratamiento particular que debe abordarse sobre la participación de la tercera edad dentro de la sociedad Argentina, pues estamos convencidos que para construir el futuro debemos valorar el pasado.
Qué mejor que nuestros mayores para aprovechar su experiencia y no repetir viejos errores.